INTRODUCCIÓN
En el tipo de consumo que promueven las temporadas de rebajas, prima el deseo por encima de la necesidad. En este campo se quiere hacer una crítica tanto a la publicidad en lo referente a las rebajas como la actitud de muchos consumidores respecto a las compras compulsivas o poco reflexivas.
Actualmente las rebajas son un acontecimiento más en la programación de celebraciones anuales, el problema viene cuando rebajas son sinónimo de consumo masivo y compulsivo, que responde a una necesidad inducida más que a una necesidad real. Generalmente los productos consumidos durante las rebajas son prendas capricho.
Entonces, son útiles las rebajas o sólo generan más necesidad de compra?
Actualmente las rebajas son un acontecimiento más en la programación de celebraciones anuales, el problema viene cuando rebajas son sinónimo de consumo masivo y compulsivo, que responde a una necesidad inducida más que a una necesidad real. Generalmente los productos consumidos durante las rebajas son prendas capricho.
Entonces, son útiles las rebajas o sólo generan más necesidad de compra?
¿QUE BUSCAMOS EN LAS REBAJAS?
Qué nos aportan realmente las rebajas? Qué buscamos cuando compramos?
Con esta acción se pretende poner de manifiesto una serie hechos que todo el mundo conoce pero en muchos casos pasa por alto.
En primer lugar a la necesidad artificial de comprar, un hecho provocado básicamente por la publicidad, para muchos consumidores el acto de comprar provoca cierta sensación de placer así como el no consumo ante una oportunidad cómo es la época de rebajas crea angustia. En casos no tan aislados el consumidor compra para obtener un placer rápido, pero este es a la vez efímero.
En segundo lugar el consumidor compra para cubrir una necesidad real, a menudo adquiere prendas que ha visto previamente y busca durante las rebajas para conseguirlas a un precio más bajo. En estos casos el consumidor ha hecho una reflexión previa de lo que quiere y tiene unos objetivos concretos y un presupuestos más o menos pensados.
Con esta acción se pretende poner de manifiesto una serie hechos que todo el mundo conoce pero en muchos casos pasa por alto.
En primer lugar a la necesidad artificial de comprar, un hecho provocado básicamente por la publicidad, para muchos consumidores el acto de comprar provoca cierta sensación de placer así como el no consumo ante una oportunidad cómo es la época de rebajas crea angustia. En casos no tan aislados el consumidor compra para obtener un placer rápido, pero este es a la vez efímero.
En segundo lugar el consumidor compra para cubrir una necesidad real, a menudo adquiere prendas que ha visto previamente y busca durante las rebajas para conseguirlas a un precio más bajo. En estos casos el consumidor ha hecho una reflexión previa de lo que quiere y tiene unos objetivos concretos y un presupuestos más o menos pensados.
REBAJAS ANTERIORES
La montaña de ropa está constituida por piezas compradas a las rebajas 2012 y pretende hacer evidente la cantidad de piezas compradas impulsivamente que acaban guardadas a armarios o tiradas cuando llega la ropa nueva y reluciente de las últimas rebajas.
PUBLICIDAD, TODO LO QUE DICE Y TODO LO QUE ESCONDE
La publicidad de las rebajas se basa en dos mensajes más o menos claros;
"Compra todo el que quieres a mejor precio". Este mensaje positivo hace llegar a la conclusión de que con el mismo dinero se pueden adquirir más piezas.
"Compra para asemejarte a quien quieres ser". Este en cambio no es tan positivo puesto que connota condicionamiento por parte de la sociedad hacia la persona. Indica que todo el mundo tiene que pertenecer a un grupo o tener un estilo definido por la moda de esta temporada, entendiendo temporada como periodo de seis meses aproximadamente en el que la tendencia de las prendas (color, forma o material) caduca, como si de alimentos se tratara.
"Bueno, bonito y barato" Este eslogan es uno de los más reconocidos y citados en periodos de rebajas, pero es realmente cierto? Analizando los términos encontramos:
Bueno, el producto puede serlo o no, según la calidad que le haya querido dar al tejido el fabricante.
Bonito, este es un aspecto que siempre dependerá de la tendencia de la temporada y del gusto del consumidor, pero podría llegar a ser cierto puesto que la publicidad hace que la moda nos sea atractiva y por lo tanto tengamos una actitud positiva hacia a todo aquello que se asemeje al que trae el personaje-modelo a seguir.
Barato, en este término es cuando entra en acción la estrategia de las rebajas, puede presentarse en dos tipos de eslóganes diferentes; el del x% de descuento, el de antes x€ y ahora y'99€. En los dos casos existe una rebaja sobre el precio anterior pero sobre todo en el primero el consumidor se deja traer por los grandes porcentajes sin fijarse mucho en la cantidad real de dinero ahorrado.
Pero el que esconde no se encuentra en los mensajes si no en las propias prendas. La mayoría de las grandes marcas tienen también una vertiente oscura en la manera de producir los textiles. Esto lo encontramos en diferentes partes del proceso de fabricación:
- Uso de mano de obra infantil
- Explotación de los trabajadores dada por largas jornadas de trabajo y baja remuneración
- Uso de tintes tóxicos para los tejidos. Estos tintes pueden provocar cáncer tanto a quien trabaja con ellos directamente como quien viste las prendas.
- Excesiva producción de residuos contaminantes
"Compra todo el que quieres a mejor precio". Este mensaje positivo hace llegar a la conclusión de que con el mismo dinero se pueden adquirir más piezas.
"Compra para asemejarte a quien quieres ser". Este en cambio no es tan positivo puesto que connota condicionamiento por parte de la sociedad hacia la persona. Indica que todo el mundo tiene que pertenecer a un grupo o tener un estilo definido por la moda de esta temporada, entendiendo temporada como periodo de seis meses aproximadamente en el que la tendencia de las prendas (color, forma o material) caduca, como si de alimentos se tratara.
"Bueno, bonito y barato" Este eslogan es uno de los más reconocidos y citados en periodos de rebajas, pero es realmente cierto? Analizando los términos encontramos:
Bueno, el producto puede serlo o no, según la calidad que le haya querido dar al tejido el fabricante.
Bonito, este es un aspecto que siempre dependerá de la tendencia de la temporada y del gusto del consumidor, pero podría llegar a ser cierto puesto que la publicidad hace que la moda nos sea atractiva y por lo tanto tengamos una actitud positiva hacia a todo aquello que se asemeje al que trae el personaje-modelo a seguir.
Barato, en este término es cuando entra en acción la estrategia de las rebajas, puede presentarse en dos tipos de eslóganes diferentes; el del x% de descuento, el de antes x€ y ahora y'99€. En los dos casos existe una rebaja sobre el precio anterior pero sobre todo en el primero el consumidor se deja traer por los grandes porcentajes sin fijarse mucho en la cantidad real de dinero ahorrado.
Pero el que esconde no se encuentra en los mensajes si no en las propias prendas. La mayoría de las grandes marcas tienen también una vertiente oscura en la manera de producir los textiles. Esto lo encontramos en diferentes partes del proceso de fabricación:
- Uso de mano de obra infantil
- Explotación de los trabajadores dada por largas jornadas de trabajo y baja remuneración
- Uso de tintes tóxicos para los tejidos. Estos tintes pueden provocar cáncer tanto a quien trabaja con ellos directamente como quien viste las prendas.
- Excesiva producción de residuos contaminantes
COMPRAR BARATO NOS SALE MUY CARO
Las rebajas son el máximo exponente de la compra barata. Pero sabemos realmente el precio que pagamos y a que comporta esta rebaja? Quién gana y quien pierde con nuestra compra?
A menudo el abaratamiento de los productos viene dado por una deslocalización industrial donde la empresa pagando el mínimo coste por la mano de obra y pasando por encima de ítems tan básicos cómo son los derechos humanos y laborales consigue el máximo beneficio.
Sobre estos aspectos ha investigado recientemente la organización "Ropa Limpia" que se dedica a investigar la situación laboral de los trabajadores encargados de la producción de textiles para grandes marcas. Los últimos informes publicados mencionan que grandes firmas internacionales tienen distribuida su mano de obra por Marruecos, Asia, América Central, Europa del Este o África donde los es posible instaurar jornadas de trabajo de hasta 12 horas diarias, seis días por semana y con un salario entre los 100 y los 200 euros al mes, con arbitrariedad de contratación y despido y dificultades para la organización sindical. Pero más cerca de los consumidores también encontramos condiciones laborales nefastas, los trabajadores y trabajadoras de los centros comerciales están en esta época sometidos a condiciones laborales precarias, flexibles y a menudo mal pagados.
La presión para conseguir un bajo coste no recae por lo tanto en los beneficios que obtendrá la empresa sino en todo aquello de lo que prescinde. Este es el precio real que pagamos por las rebajas.
Y no sólo se aprovechan de unas condiciones laborales precarias, de explotación, de sueldos miseria o de nulos derechos sindicales sino también de unas legislaciones medioambientales débiles que permiten explotar y contaminar sin límite, consiguiendo así producciones fragmentadas, deslocalizadas, comunidades desplazadas por territorios inhabitables y pobreza allá por donde pasan.
Así pues, el actual sistema explota recursos naturales y humanos en pro del abaratamiento del precio del producto, siempre pensando en el consumidor, está claro.
A menudo el abaratamiento de los productos viene dado por una deslocalización industrial donde la empresa pagando el mínimo coste por la mano de obra y pasando por encima de ítems tan básicos cómo son los derechos humanos y laborales consigue el máximo beneficio.
Sobre estos aspectos ha investigado recientemente la organización "Ropa Limpia" que se dedica a investigar la situación laboral de los trabajadores encargados de la producción de textiles para grandes marcas. Los últimos informes publicados mencionan que grandes firmas internacionales tienen distribuida su mano de obra por Marruecos, Asia, América Central, Europa del Este o África donde los es posible instaurar jornadas de trabajo de hasta 12 horas diarias, seis días por semana y con un salario entre los 100 y los 200 euros al mes, con arbitrariedad de contratación y despido y dificultades para la organización sindical. Pero más cerca de los consumidores también encontramos condiciones laborales nefastas, los trabajadores y trabajadoras de los centros comerciales están en esta época sometidos a condiciones laborales precarias, flexibles y a menudo mal pagados.
La presión para conseguir un bajo coste no recae por lo tanto en los beneficios que obtendrá la empresa sino en todo aquello de lo que prescinde. Este es el precio real que pagamos por las rebajas.
Y no sólo se aprovechan de unas condiciones laborales precarias, de explotación, de sueldos miseria o de nulos derechos sindicales sino también de unas legislaciones medioambientales débiles que permiten explotar y contaminar sin límite, consiguiendo así producciones fragmentadas, deslocalizadas, comunidades desplazadas por territorios inhabitables y pobreza allá por donde pasan.
Así pues, el actual sistema explota recursos naturales y humanos en pro del abaratamiento del precio del producto, siempre pensando en el consumidor, está claro.